En el Antiguo Testamento, el concepto de dar para el trabajo del ministerio está arraigado en la práctica de ofrendas y diezmos. Dios instruyó al pueblo de Israel a dar una décima parte de sus ganancias para mantener el templo y apoyar a los levitas y los sacerdotes, y para suplir a los necesitados. Esto se encuentra en pasajes como Malaquías 3:10 donde Dios insta a Israel a traer los diezmos al alfolí y promete abrir las ventanas de los cielos y derramar bendiciones. En el Nuevo Testamento, Jesús y los apóstoles enfatizan la importancia de dar generosamente y con un corazón alegre. En 2 Corintios 9:6-7, Pablo nos anima a sembrar con generosidad, recordando que Dios ama a un dador alegre. En resumen, Dios recompensa a aquellos que dan con generosidad y alegría. En 2 Corintios 9:8 se nos dice que Dios es capaz de hacernos abundar en toda gracia para que siempre tengamos todo lo suficiente en toda ocasión. Sin embargo, es importante destacar que la recompensa no debe ser vista como una manipulación para dar, sino como una expresión de la fidelidad de Dios hacia aquellos que confían en Él. Mi Esposa Mireya, y Yo, queremos darle las gracias por considerar apoyar nuestro ministerio con sus finanzas. Fundamentados en lo que dice la biblia, creemos que Dios va a notar su generosidad.